Estrés Infantil

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¿Qué es el Estrés?

El estrés se refiere a la tensión que sufre una persona, adulta o niño, ante situaciones que le son difíciles de manejar y que alteran su bienestar físico y/o emocional.

Actualmente, se ha visto un incremento en el estrés percibido por los niños; esto puede ser por cambios de rutina, cambios en casa, exigencias de los padres hacia los niños, relaciones entre pares, problemas de salud en la familia, conflictos familiares continuos, ansiedad por parte de los adultos, etc. Vivimos en un mundo en que no solamente los adultos se sienten abrumados; los niños también pueden sentirse así, y esto altera su comportamiento.

En pequeñas cantidades, el estrés es saludable, ya que nos ayuda a reaccionar ante el medio, pero su exceso puede afectar la forma en cómo el niño piensa, actúa y siente.

¿Cómo se manifiesta? El estrés se puede observar de diferentes maneras; en niños pequeños, usualmente desencadena cambios conductuales como distracción, enojo, frustración y sobrerreacción ante estímulos pequeños.

  • Cambios de humor
  • Mojar la cama
  • Celos
  • Alteraciones del sueño
  • Problemas de concentración
  • Problemas psicosomáticos (dolores de cabeza, barriga, alergias, etc.)
  • Hábitos nerviosos y tics (morderse las uñas, chuparse el dedo, etc.)
  • Falta de apetito o comer compulsivamente

¿Cómo se puede afrontar? Existen diferentes formas de afrontar el estrés; esto depende de las competencias sociales de cada niño, su capacidad de expresar emociones, de comunicar sus preocupaciones y sus temores, así como de las experiencias que están viviendo en ese momento.

Existen factores de protección que ayudan a los niños a manejar de mejor manera las situaciones causantes de estrés.

  • Mantener una rutina saludable
  • Enseñarle al niño a reconocer sus emociones para luego poder enseñarle a manejarlas
  • El buen ejemplo de los adultos a su alrededor
  • Ser selectivo con lo que ven en las pantallas y juegos a los que tienen acceso los niños
  • Proporcionar recursos variados para que los niños puedan ocupar su tiempo de manera positiva
  • Informar de manera anticipada los cambios que van a tener, siempre y cuando sea posible anticiparlos
  • Que los niños se sientan escuchados, que sepan que cuentan con un adulto que les validará su emoción y los escuchará
  • Fortalecer la autoestima
  • Darles oportunidades de hacer elecciones y tener algún control sobre las decisiones de su vida
  • Estimular la actividad física

Enseñando a Identificar las Emociones En este proceso de aprender a gestionar el estrés, es sumamente importante que los niños puedan identificar las emociones que están sintiendo, para luego poder abordarlas adecuadamente. La etapa de preescolar es el momento idóneo para enseñarles a identificar las emociones, sin etiquetarlas como buenas o malas, pero que sepan nombrarlas para poder trabajarlas.

Existen diferentes juegos o técnicas que podemos utilizar en casa para apoyar este proceso de aprendizaje de las emociones. El trabajo que realiza el colegio es importante, pero no suficiente por si solo. Necesitamos el apoyo de los padres para reforzar este tema y poder desarrollar una inteligencia emocional positiva en nuestros niños.

  • Diccionario de las emociones: El diccionario de las emociones funciona igual que un diccionario común y corriente. Nosotros, como adultos, lo vamos creando de la mano del niño. Podemos comenzar con las emociones básicas como tristeza, alegría, enojo y miedo, para luego ir agregando emociones más complejas. Es importante utilizar apoyo visual para identificar la emoción y poder describirla.
  • Cuentos especiales: Los cuentos son nuestros aliados; existen muchos cuentos que hablan sobre las emociones y el manejo de estas. Por ejemplo, “El Monstruo de Colores” y “Monstruo Triste, Monstruo Feliz”. Podemos aprovechar la rutina de la noche para leer este tipo de cuentos y preguntarles si en algún momento han sentido esa emoción.
  • El Teatro: En esta actividad, creamos un dado con las diferentes emociones y se crea otro con personas de cuentos. La meta de esta actividad es que los niños puedan interpretar una situación que describa la emoción que les tocó.
  • El Dibujo: Mirarse en un espejo e intentar dibujar sus expresiones creando las diferentes caras de las emociones también es un buen ejercicio para fortalecer la identificación de las emociones.
  • Juego de Memoria: Podemos crear o imprimir tarjetas con las diferentes caras de las emociones, comenzando con las básicas, y crear un juego de memoria. A medida que vayan logrando las parejas, también pueden contar un momento en el que han sentido esa emoción y así se ganan el punto de la pareja.
  • Dominó de las emociones: Este juego funciona con niños un poco más grandes, de 5 o 6 años. En este juego se sacan tarjetas con la descripción de alguna escena y del otro lado una emoción. Al igual que el dominó de números, la meta es juntar la escena con la emoción correspondiente.
  • Juego de mímica: Hacer un listado de las emociones y rifar los nombres. La meta de este juego es adivinar la emoción de acuerdo con la mímica que actúen.
  • Bingo: Imprimir cartones en los que se vean las caras de las emociones y se juega como un Bingo normal, solamente que se identifican las emociones.

Lo importante en todo esto es enseñarles a los niños, de manera lúdica, las diferentes emociones y que sean capaces de identificarlas. Este es el primer paso, indispensable para poder continuar la enseñanza de una inteligencia emocional positiva. Recuerden que esto es un proceso; es importante respetar cada etapa y darnos cuenta de que las emociones son básicas e indispensables para un buen desenvolvimiento dentro de la sociedad.

¡Espera el siguiente blog! Compartiremos cómo ayudamos a nuestros alumnos a gestionar adecuadamente sus emociones.

Miss Karla Saade de Domenech

Psicologa Preescolar

Departamento de Psicopedagogía.

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